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Gaya Makaran y Pierre Gaussens (coordinadores) : Piel blanca, máscaras negras. Crítica de la razón decolonial

Gaya Makaran y Pierre Gaussens (coordinadores), Piel blanca, máscaras negras. Crítica de la razón decolonial, México, Bajo Tierra A.C. y Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe-Universidad Nacional Autónoma de México, 2020, p. 9-41


Autopsia de una impostura intelectual

Gaya Makaran
Pierre Gaussens

Yo, hombre de color, sólo quiero una cosa: que nunca el instrumento domine al hombre. Que cese siempre el sometimiento del hombre por el hombre. Es decir, de mí por otro. Que se me permita descubrir y querer al hombre, allá donde se encuentre. El negro no es. No más que el blanco.

Frantz Fanon (2009: 190)

Lo “decolonial” es una moda, lo poscolonial es un deseo y lo anticolonial es una lucha.

Silvia Rivera Cusicanqui (1)

Evocando a Fanon

Con máscaras y disfraz, entre usurpación y ventriloquía, en el juego carnavalesco de las identidades blanquinegras se confunden los unos y los otros, atrapados juntos en un laberinto de espejos. Es para salir de allí que hemos decidido retomar, con cierto atrevimiento, el título original de una obra que puede orientarnos, Piel negra, máscaras blancas, de Frantz Fanon (2009) [1952], mediante una inversión de términos que busca jugar con la multiplicidad de mensajes simbólicos que de este ejercicio se desprenden. Por un lado, al proponernos una crítica de los estudios decoloniales evocando el espíritu fanoniano, queremos posicionarnos desde su anticolonialismo activo, crítico, interrogante y antiesencialista, frente a lo que consideramos una tergiversación de su legado por una moda intelectual. Por el otro, estamos movilizando la imagen de las máscaras para referirnos al problema de la impostura y la representación ventrílocua de las alteridades, de “los otros”. En este sentido, nuestra reflexión acerca de la marca colonial que se estampa sobre las estructuras sociales de la dominación en América Latina, más que anclarse en la alegoría de la piel y su color como (des)legitimadores de quienes hablan, parte del principio de su honestidad derivada de la no suplantación y, en contraste, proyecta desenmascarar los discursos académicos que pretenden hablar en nombre de los subalternos.